Tú tienes el poder para ayudar a tu hijo.

En una relación abusiva, los niños son a menudo testigos de la violencia, o en muchos casos, ellos mismos son las víctimas.

Los niños son los más vulnerables, pero tú eres su ayudante más importante

A pesar de lo que hayan superado, los niños son resistentes. Aunque el impacto es profundo, porque sus cerebros aún están en desarrollo, hay muchas formas de apoyar y cuidar a un niño que ha sido afectado por el abuso. Sin embargo, siempre hay algunos efectos a largo plazo conductuales, emocionales y físicos que los niños necesitan aprender a confrontar.

Debemos ser responsable, pro-activos y efectivos en la protección de los más vulnerables."

- Jan Edgar Langbein, CEO

5 millones de niños son testigos de violencia doméstica cada año en los Estados Unidos.

1 en 15 niños están expuestos a violencia de pareja cada año.

Desglose de impacto en los niños

El abuso afecta a cada niño en diferentes formas, pero cada niño tiene la capacidad de superar su situación. Mediante la identificación de cómo la situación ha afectado a cada niño, es más fácil para todos nosotros hacer una diferencia.

Conductualmente

Los niños que han sufrido maltrato suelen exhibir cambios en comportamiento como caprichos, búsqueda de atención, comportamiento agresivo o pasivo y dificultad para establecer límites. Muchas veces, los niños tendrán responsabilidades de cuidado o trabajan para exceder en sus metas para que otros vean su valor. Los niños son a menudo distantes y sarcásticos y pueden perder el interés en la escuela u otras actividades.

Cognitivamente

Los niños tienden a sentirse responsables de la violencia hacia ellos mismos o sus madres y tienen dificultad para confiar en otros en el futuro. Estos niños suelen excusarse por su comportamiento y creen que es malo sentirse enojado. Ellos pueden desarrollar baja autoestima y tienen problemas para pedir a los demás cosas que ellos necesitan.

Emocionalmente

El abuso puede tener un mayor efecto en el estado emocional de un niño. Esto puede incluir sentimientos de culpa, vergüenza, miedo, confusión, enojo y dolor. En general, los niños tienden a sentirse agobiados por su situación.

Físicamente

Los niños en situaciones de abuso son probables exhibir unos rasgos físicos como por ejemplo constantes quejas de dolores de cabeza, dolores de estómago y asma. Ellos pueden parecer nerviosos o ansiosos con intervalos de atención corta, y es probable que estén enfermos con resfriado o gripe a menudo. Estos niños pueden a menudo ser letárgicos y descuidan su higiene personal así como muestran regresión en el desarrollo como mojar la cama y chupar el dedo.

Socialmente

Cuando alguien pasa por una situación de abuso, es normal que esta les afecta socialmente. Para los niños, esto a menudo significa aislarse a sí mismos. Estos niños son propensos a tener dificultad para confiar en otros, tienen habilidades pobres para solucionar conflictos , son pasivos con otros, o buscan el poder para ser agresivos. Estos niños pueden volverse excesivamente sociales para evitar ir a casa.

Conductualmente

Los niños que han sufrido maltrato suelen exhibir cambios en comportamiento como caprichos, búsqueda de atención, comportamiento agresivo o pasivo y dificultad para establecer límites. Muchas veces, los niños tendrán responsabilidades de cuidado o trabajan para exceder en sus metas para que otros vean su valor. Los niños son a menudo distantes y sarcásticos y pueden perder el interés en la escuela u otras actividades.

Los niños tienden a sentirse responsables de la violencia hacia ellos mismos o sus madres y tienen dificultad para confiar en otros en el futuro. Estos niños suelen excusarse por su comportamiento y creen que es malo sentirse enojado. Ellos pueden desarrollar baja autoestima y tienen problemas para pedir a los demás cosas que ellos necesitan.

Cognitivamente

Emocionalmente

El abuso puede tener un mayor efecto en el estado emocional de un niño. Esto puede incluir sentimientos de culpa, vergüenza, miedo, confusión, enojo y dolor. En general, los niños tienden a sentirse agobiados por su situación.

Los niños en situaciones de abuso son probables exhibir unos rasgos físicos como por ejemplo constantes quejas de dolores de cabeza, dolores de estómago y asma. Ellos pueden parecer nerviosos o ansiosos con intervalos de atención corta, y es probable que estén enfermos con resfriado o gripe a menudo. Estos niños pueden a menudo ser letárgicos y descuidan su higiene personal así como muestran regresión en el desarrollo como mojar la cama y chupar el dedo.

Físicamente

Socialmente

Cuando alguien pasa por una situación de abuso, es normal que esta les afecta socialmente. Para los niños, esto a menudo significa aislarse a sí mismos. Estos niños son propensos a tener dificultad para confiar en otros, tienen habilidades pobres para solucionar conflictos , son pasivos con otros, o buscan el poder para ser agresivos. Estos niños pueden volverse excesivamente sociales para evitar ir a casa.

Conductualmente

Los niños que han sufrido maltrato suelen exhibir cambios en comportamiento como caprichos, búsqueda de atención, comportamiento agresivo o pasivo y dificultad para establecer límites. Muchas veces, los niños tendrán responsabilidades de cuidado o trabajan para exceder en sus metas para que otros vean su valor. Los niños son a menudo distantes y sarcásticos y pueden perder el interés en la escuela u otras actividades.

Cognitivamente

Los niños tienden a sentirse responsables de la violencia hacia ellos mismos o sus madres y tienen dificultad para confiar en otros en el futuro. Estos niños suelen excusarse por su comportamiento y creen que es malo sentirse enojado. Ellos pueden desarrollar baja autoestima y tienen problemas para pedir a los demás cosas que ellos necesitan.

Emocionalmente

El abuso puede tener un mayor efecto en el estado emocional de un niño. Esto puede incluir sentimientos de culpa, vergüenza, miedo, confusión, enojo y dolor. En general, los niños tienden a sentirse agobiados por su situación.

Físicamente

Los niños en situaciones de abuso son probables exhibir unos rasgos físicos como por ejemplo constantes quejas de dolores de cabeza, dolores de estómago y asma. Ellos pueden parecer nerviosos o ansiosos con intervalos de atención corta, y es probable que estén enfermos con resfriado o gripe a menudo. Estos niños pueden a menudo ser letárgicos y descuidan su higiene personal así como muestran regresión en el desarrollo como mojar la cama y chupar el dedo.

Socialmente

Cuando alguien pasa por una situación de abuso, es normal que esta les afecta socialmente. Para los niños, esto a menudo significa aislarse a sí mismos. Estos niños son propensos a tener dificultad para confiar en otros, tienen habilidades pobres para solucionar conflictos , son pasivos con otros, o buscan el poder para ser agresivos. Estos niños pueden volverse excesivamente sociales para evitar ir a casa.

Si su hijo o el hijo de alguien que está en peligro, llame al 911 o a nuestra línea directa disponible 24/7:

214-946-4357